Color de luna
Las noches no estaban completas sin su recuerdo. Ojos oscuros, piel color de papel… manos pequeñas y delicadas… y esa medio sonrisa que nunca me dejaba en paz.
Cada medianoche se sentía su perfume sin esencia, su voz delicada y tranquila… Y pensaba que era muy extraño no haberla conocido antes.
Siempre fuimos parte de la misma galaxia, del mismo universo… Y sin embargo nunca nos habíamos encontrado. Y aun así, cada noche su alma deleitaba mis pensamientos con suaves besos bañados en luz de luna. Siempre quedaba pensativo, con mis ojos en el infinito color azul de mi techo, acerca de cómo vestía, qué hacía, cuándo volvería… Y ni siquiera se había ido…
Ella era un pensamiento, una caricia, una dulce y suave respiración cubierta de labios con sabor a placeres y deseos… Y aún así, sin estar presente, siempre llegaba a mis pensamientos…
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