Pícara


No soporto tu mirada. Ni siquiera esa sonrisa.

Es simplemente que me desespera no poder tener esa mirada al lado, ni esa sonrisa burlona cerca de mis labios. Es como si supieras burlarte de mí, y al mismo tiempo amarme, y me desespera no poder contar con esos silencios que quedan atrapados entre nuestros besos cada vez que te marchas. Y estoy seguro de que sonríes cada mañana al salir de casa porque sabes que esa desesperante risa, y esa tímida mirada, tan llena de picardía, me hará falta durante todo el día. Es como escribirle cartas a otro universo, sabiendo que es el mismo que siempre te acompaña en cada velada.

Me derrito cada vez que me abrazas, que me dejas ese suave perfume de mujer que siempre llevas contigo, ese que nunca se olvida, pase lo que pase. Cada noche me atrapas entre tus cabellos, entre sábanas blancas y piel de arena... esa que me lleva a otras galaxias, a otros reinos escondidos en tu cuerpo.

Siempre has sido esa luna que orbita en mi planeta, esa que persigo con locura entre rotaciones y traslaciones. Y no sé cuánto tiempo resista entre cada mañana y cada noche hasta verte de nuevo, pero lo cierto es que lo sabes, y siempre me regalas esa sonrisa nada inocente, esa mirada de diosa sin altares... porque sabes que te amo... porque sabes que me amas...

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